La acción conjunta con la Agencia Nacional de Seguridad Vial evidenció una problemática persistente: personas que aún eligen conducir bajo los efectos del alcohol, poniendo en riesgo su vida y la de los demás.
El operativo se realizó este último domingo, el primer caso se registró a las 5.30 de la madrugada en la Ruta Nacional 22, kilómetro 1214. Un Suzuki Fun, que zigzagueaba entre carriles, fue detenido por personal policial. Al realizar el test de alcoholemia, el conductor de 45 años, domiciliado en Allen, arrojó un preocupante resultado de 1,22 gramos por litro de sangre. El vehículo fue retenido y trasladado al predio judicial.
Horas más tarde, cerca de las 15, se desarrolló un operativo conjunto sobre la Ruta Provincial 65, a la altura del Puente 83. Allí se fiscalizaron 115 vehículos con alómetro, y se labraron dos actas de infracción. En uno de los casos, un conductor de un Toyota Etios se dio a la fuga al ser interceptado, abandonando el vehículo en una calle cercana. Se negó a realizar el test y a presentar documentación, lo que se considera una negativa equivalente a alcoholemia positiva.
Minutos después, un motociclista que circulaba por la misma zona fue sometido al control. El resultado fue claro: 0,88 gramos por litro. El vehículo, una Gilera VC 150, fue también trasladado al predio judicial. El conductor era un docente.
Estos tres episodios, ocurridos en menos de doce horas, reflejan que la presencia de conductores alcoholizados sigue siendo una grave problemática. Desde el Ministerio de Seguridad de Río Negro se destaca el compromiso del personal vial, que con profesionalismo y firmeza logró intervenir en situaciones que podrían haber terminado en tragedia.